Pues nada, dejo un cuentillo que me encantó...
No hay araña tan hacendosa como Viuda Negra. Pasa la vida estudiando las
telas que se tejen en los nidos de la oscuridad y reparando éste o
aquel error. A veces trata de copiar los diseños que admira pero los
resultados de su trabajo son insignificantes, apenas torpes correcciones
del arte ajeno. Aracne, su amiga, le ha recomendado que observe los
dibujos de su propio cuerpo y trate de reproducirlos. Sobre el abdomen
de Viuda Negra hay una fosforescencia roja en forma de reloj de arena,
pero sólo la naturaleza podría tejer algo así. Una noche Viuda Negra
conoce a Araño, y queda deslumbrada por la rapidez con que arma sus
telas maravillosas y la felicidad sencilla con que las imagina. Piensa
que tal vez Araño pueda tejer un reloj de arena que brille en la noche.
Le ofrece que compartan el nido y examinen juntos las imperfecciones de
las telas ajenas. Cuando encuentra manchas marrones en uno de los
tejidos más luminosos, se obstina en corregirlas y limpiarlas. Araño se
niega, porque aduce que el arte es lo que es. Viuda Negra se indigna y
en el frenesí de la pelea están a punto de devorarse. Viuda Negra es
astuta, teme la fuerza de Araño y resuelve vencerlo con una treta
humillante. Le pide que despliegue por última vez una de sus telas
inverosímiles. Araño es vanidoso y no se puede negar. Suelta con fuerza
sus hilos como si fueran las plumas de un pavo real y cuando lo ve bien
hinchado por la belleza de su soberbia, Viuda Negra, que ha calculado
cada movimiento, le clava un aguijón fatal en la cabeza. Araño cae
fulminado y ni siquiera advierte las feroces mordeduras con las que
Viuda Negra lo desgarra para alimentarse. Ha tomado ya todo lo que se
podía tomar de él.Vacío y moribundo, Araño no le sirve más.
jueves, 11 de noviembre de 2010
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